sábado, 9 de agosto de 2014

Gaza



Cuando contar no cuenta

                   

Por Sonia Herrera

 

 

“La ofensiva israelí deja ya más de 75 muertos en Gaza”, “Israel deja 106 palestinos muertos y 680 heridos en 4 días de ofensiva”, “ONU: ‘El 75% de los muertos por Israel en Gaza son civiles’”, “Dos mujeres discapacitadas víctimas de un bombardeo israelí”, “Fallecen tres sobrinos de un antiguo líder de Hamás en un ataque en Gaza”, “Miles de palestinos huyen o se refugian tras las amenazas de Israel”, “La guerra se ceba con Gaza y se cobra ya la vida de más de 130 personas”, “El miedo controla Gaza mientras el número de víctimas asciende a 166”, “Israel ataca 1.500 objetivos en una semana”, “100.000 palestinos continúan bajo los bombardeos”, “Asciende a 200 el número de palestinos muertos a causa de la ofensiva israelí”…

Estos son algunos de los titulares aparecidos en distintos medios durante la última semana. Al parecer llevamos muy bien la cuenta. O quizás no… Quizás contar no basta. ¿Ofensiva, operación de castigo o conflicto bélico? ¿Facción armada o grupo terrorista? No descubro nada nuevo al decir que el tratamiento mediático sobre el conflicto entre Israel y Palestina se inscribe en dos amplios y heterogéneos conjuntos: por un lado, el grupo de medios y de periodistas proisraelíes que contribuyen con sus textos al esfuerzo bélico de éstos, y por otro, aquellos medios y profesionales –las honrosas excepciones– que se centran en denunciar las violaciones de derechos humanos y que asisten, en cierta forma como “disonancias informativas”, a la resistencia contra la guerra y contra los asesinatos de civiles.

Pero aun así, aun cuando se intuye la crítica en la crónica del o la corresponsal que está viviendo el horror de cerca o en aquellos/as que encuentran una grieta para la veracidad y el compromiso, las rutinas periodísticas y la maquinaria empresarial hacen muy bien su trabajo y, en general, acabamos asistiendo a un conteo inútil –igual que en la nota roja de México se cuentan balas y disparos– que no permea la sensibilidad de aquellas/os que leen, ven o escuchan la noticia: “Las cifras son un modo de enmarcar las pérdidas de la guerra, pero esto no significa que sepamos si, cuándo o cómo cuentan dichas cifras. Podemos saber cómo contar, o podemos confiar en la fiabilidad de ciertas organizaciones humanitarias o de derechos humanos para hacer un recuento correcto, pero esto no es lo mismo que discernir si una vida cuenta y de qué modo lo hace. Aunque las cifras no pueden decirnos con precisión quiénes son aquellos cuyas vidas cuentan o aquellos cuyas muertes cuentan, podemos percibir cómo se enmarcan y desenmarcan cifras para descubrir el funcionamiento de las normas que diferencian las muertes tolerables y aquellas por las que se siente el duelo en el contexto de la guerra” (Butler, 2011: 26). Y es que hay muchas otras cifras que no interesan: 1.700.000 habitantes en una franja de tierra de 42 km de largo por 12 km de ancho bajo bloqueo, un 40% de paro (el 60% entre los jóvenes), un 80% de la población que subsiste de la ayuda humanitaria, un 90% del agua contaminada… 3 guerras en 5 años… Pero estos números no “cuentan”.

Calle 13 en uno de sus temas, cuyo vídeo fue rodado precisamente en Palestina, afirma que “una noticia mal contada es un asalto a mano armada” y en estos días se están dando muchos asaltos en esa línea. Complicidad mediática, titulares pulimentados a gusto de los que mandan, falta de compromiso por la paz, intereses económicos… ¿Hasta qué punto los medios internacionales colaboran con la insensibilización de la población ante la masacre en Gaza? ¿Para los medios generalistas occidentales (u oxidentales, como diría Heriberto Yépez, porque todo lo corroen) vale más una vida israelí que 100 vidas palestinas? ¿Tanto se ha deshumanizado el periodismo que colabora sin pestañear en la justificación de una matanza sin voltear a mirar siquiera la precariedad en la que vive el pueblo palestino desde hace décadas?

Pero no, obviamente los medios no pueden ser siempre la cabeza de turco de todos los males de este mundo. Como espectadores/as, lectoras/es, oyentes, contemplamos como voyeurs, sin inmutarnos, el infierno de Dante sin atragantarnos con las cifras ni con las imágenes de la barbarie y el dolor. La violencia directa narrada o televisada tampoco nos afecta. Lo reducimos todo a un “suma y sigue” de cuerpos. ¿En qué momento hemos olvidado que las cifras no hablan por sí mismas, que detrás de cada número había una persona con nombre y apellidos y una vida digna de ser llorada?

Por suerte, tanto ayer como hoy, se alzan voces lúcidas -como la de Eduardo Galeano en 2012- , contra la ocupación y los asentamientos ilegales, contra la pasividad de la comunidad internacional ante la violencia de Estado:

“Israel es el país que jamás cumple las recomendaciones ni las resoluciones de las Naciones Unidas, el que nunca acata las sentencias de los tribunales internacionales, el que se burla de las leyes internacionales, y es también el único país que ha legalizado la tortura de prisioneros. ¿Quién le regaló el derecho de negar todos los derechos? ¿De dónde viene la impunidad con que Israel está ejecutando la matanza de Gaza? El gobierno español no hubiera podido bombardear impunemente al País Vasco para acabar con ETA, ni el gobierno británico hubiera podido arrasar Irlanda para liquidar a IRA. ¿Acaso la tragedia del Holocausto implica una póliza de eterna impunidad? ¿O esa luz verde proviene de la potencia mandamás que tiene en Israel al más incondicional de sus vasallos?

(…)La llamada comunidad internacional, ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro?

Ante la tragedia de Gaza, la hipocresía mundial se luce una vez más. Como siempre, la indiferencia, los discursos vacíos, las declaraciones huecas, las declamaciones altisonantes, las posturas ambiguas, rinden tributo a la sagrada impunidad”.

El historiador y profesor Manel Márquez también alzaba el otro día la voz en Twitter contra la “equidistancia criminal” que mantienen los medios y los gobiernos respecto a las masacres que se están cometiendo en Gaza. Y es que partiendo de las tesis de Judith Butler de que “no existe una guerra que no sea criminal”, que no hay guerras justas y que ninguna muerte debería tolerarse más que otra, no se puede cerrar los ojos ante los reiterados crímenes de guerra cometidos por Israel contra la población civil palestina durante la última semana, como sucediera en los ataques de finales de 2008 y principios de 2009 o en las anteriores intifadas. Crímenes que se han intentado enmascarar y minimizar incluso desde Naciones Unidas, como ocurrió con la elaboración del Informe Goldstone.

Se habla en los medios de “objetivos islamistas”, de los cohetes de Hamás, de terrorismo…, pero no se habla de por qué continúa la ocupación. La realidad es que unos ponen los muertos y otros, los misiles, porque para Israel, Palestina se ha convertido en impensable, prescindible y destruible y “cuando una vida se convierte en impensable o cuando un pueblo entero se convierte en impensable, hacer la guerra resulta más fácil” (Butler, 2011: 24).

Dice Sontag que “la designación de un infierno nada nos dice, desde luego, sobre cómo sacar a la gente de ese infierno, cómo mitigar sus llamas” (2010: 97), pero es importante hacerlo de la forma más fidedigna posible para que todo el mundo conozca la realidad de ese infierno y para que todo el mundo reclame que se le ponga fin y que se trabaje, como apunta Butler, por “desarrollar una política contra la guerra que se centre en los desposeídos” y que genere nuevos discursos y nuevas acciones.

Escribía Amado Nervo que “hay algo tan necesario como el pan de cada día, y es la paz de cada día; la paz sin la cual el mismo pan es amargo”. Ayer en La2 Noticias una mujer palestina le decía algo parecido a Yolanda Álvarez, la periodista que la estaba entrevistando, pero con palabras aún más claras: “Dile al mundo que necesitamos que nuestros hijos vivan como los vuestros”. Nada más que añadir. Solo un último ruego: que el silencio y la manipulación no nos hagan cómplices. Clamemos por la paz en Palestina. (En recuadro nuevo estilacho)

¿Cuánto sabemos de nuestra historia?


¿Cuánto sabemos de nuestra historia?

Bibliotecas y libros potosinos esperan la asistencia de una población cada vez más reacia a la lectura

 

Por Ximena Montoya Sejas

 

A 189 años del nacimiento de Bolivia, el departamento de Potosí se prepara para enarbolar la tricolor boliviana, participar de los actos cívicos y demás festejos conmemorando el 6 de agosto. Pero, ¿qué recuerdan los potosinos de la historia boliviana?

Si bien se conoce que un 6 de agosto de 1825 se firmó el acta de la independencia dando paso a la creación de una nueva República hoy estado Plurinacional de Bolivia, y que Potosí fue uno de los pilares económicos más importantes, antes, durante y después de lucha por la liberación del yugo español. Datos numéricos revelan que la memoria histórica de Potosí en relación a Bolivia ha quedado dormida.

Una de las instituciones más importes donde se encuentra información única sobre la historia de Bolivia y de Potosí es el Archivo y Biblioteca de la Casa Nacional de Moneda, cada año recibe a miles de visitantes entre nacionales y extranjeros; estudiantes, investigadores y particulares. Pero la concurrencia a este espacio es mínima por parte de personas particulares en relación a los estudiantes.

El jefe de Archivo Histórico de la Casa Nacional de Moneda José Antonio Fuertes López, nos brinda un informe en el que se puede conocer que durante este primer semestre se han recibido en su biblioteca  2.493 usuarios e investigadores, lo que significaría que llegan 13 ó 14 personas por día aproximadamente, “al archivo vinieron 106 mujeres y 143 varones particulares, en el caso de estudiantes de colegios, institutos y universidad vinieron 750 mujeres y 640 varones” explicó.

En relación a la gestión 2013 el número de visitantes no ha tenido una variación significativa, pero se puede notar que existe más concurrencia de mujeres en edad escolar y universitaria. Por el contrario, son más varones los que asisten al archivo que no están comprendidos en el grupo de escolares ni universitarios. En ambos casos la cantidad  de estudiantes sobrepasa por mucho a la cantidad de visitantes particulares.

En la Biblioteca Municipal, el caso es preocupante, por lo que se reciben aproximadamente 4 personas por día “El monto exacto varía según la época en vacaciones vienen generalmente turistas y profesionales. Mensualmente nos visitan de 100 á 200 personas, el primer trimestre se  ha recibido 700 lectores más o menos” informó la responsable de la biblioteca municipal Luzmila María Calvo. “Tenemos libros de historia de Bolivia y de Potosí, otros de distintas materias para los colegios de estos últimos se tiene gran cantidad”, dijo.

Además de biblioteca, esta dependencia municipal cuenta recientemente con hemeroteca “Ahora tenemos la dicha de contar con ambiente exclusivo para hemeroteca, su responsable es Celia Melchor”. Los libros no se pueden sacar al exterior porque algunos son tan antiguos que datan de hace más de 200 años, “no podemos prestar para casa, sólo se prestan aquí en sala de lectura, hay algunos que ya no se pueden restaurar. El más antiguo tiene 291 años”

Si la asistencia a estas bibliotecas es sobre todo por motivos de estudio y no tanto de interés particular y que el escaso número de visitantes fuera de la edad escolar se mezcla entre nacionales y extranjeros, debemos preguntarnos ¿cuántos habitantes potosinos investigan acerca de la historia del departamento y del país por interés propio?

En el Archivo y Biblioteca de la Casa Nacional de Moneda, la riqueza de documentos  es amplia, cuenta con mapas, fotografías y otros que también forman parte de la Historia boliviana.  “Los documentos se clasifican en archivo, biblioteca, hemeroteca, mapoteca y planoteca” explicó José Fuertes.

 

¿Usted conoce estos documentos?

 El archivo está dividido en dos etapas: Colonial y Republicana, haciendo un total de 25 fondos documentales que suman  12.244 expedientes sueltos, entre los que se encuentran documentos de  Cajas Reales, escritos notariales, datos de la Casa Real de Moneda, Iglesias y Conventos, administración general de trabajos, Cabildo, Gobierno, Intendencia, Banco de San Carlos, Marquesado de Otavi y otros, todos estos corresponden al periodo colonial.

En el periodo republicano, datos de la Casa Nacional de Moneda, tesoro público, Banco de rescates, Banco de acreditaciones, expedientes de la provincia Linares, Chayanta, Quijarro, documentos del Honorable Consejo Municipal, superintendencia de minas, Registro Civil, Honorable Alcaldía Municipal, Banco agrícola, Banco del estado y la Corte Superior de Distrito.

La biblioteca es una de las pocas que se encuentra en Bolivia, especializada en historia, que consta de libros con historia mundial, nacional y local, arte, cultura y literatura.

 

El primer periódico potosino

Por otra parte, la Hemeroteca, tiene una riquísima compilación de periódicos potosinos que se publicaron. “El Celaje, es el más antiguo que encontramos” explicó Fuertes. Desde 1853 hasta la fecha se editaron en Potosí periódicos como “La Villa Imperial”, “El Potosí”, así mismo se cuenta con revistas contemporáneas de carácter local y nacional.

Pero eso no es todo, en los muros del Archivo y Biblioteca de la Casa de Moneda, también se guardan 92 mapas de Potosí, Bolivia,  Sud América y planos de dicho museo, del  IV Centenario y otros pequeños que se han adquirido de familias potosinas debido a su gran valor histórico. “Una cantidad considerable se ha logrado gracias a familias que han donado a la biblioteca y forman colecciones de minería numismática y otras fuentes bibliográficas” dijo.

Una de las formas de incentivar a la investigación es adherirse a la tecnología por lo que se viene preparando la digitalización de los documentos de la biblioteca y archivo “Esperamos contar con más material, por ahora estamos empezando a digitalizar documentos del archivo, ya se tiene el fondo documental de iglesia y conventos que esperamos colocar al Internet, dependiendo de las gestiones ante la unidad administrativa de la Casa de Moneda. Los documentos tendrán acceso libre con una salvedad, no se va a colocará el total de cada archivo porque sólo es para que el usuario sepa de qué documento se trata y previo pago se facilitaría el resto del documento que se requiera”.

Aunque esta digitalización mermaría la asistencia de usuarios al archivo, es un riesgo que se deberá correr, “la idea es no colocar el cien por cien, sino solo un diez por ciento para dar a conocer lo que tenemos en la biblioteca y se apersonen a recabar lo necesario”. Explicó.

 

La gestión del 2013

se recibió a un total de 5.378 usuarios de los cuales 1.772 fueron mujeres 1.144 fueron varones todos estos estudiantes. Entre investigadores extranjeros y nacionales 305 fueron mujeres  y 403 varones.

De los estudiantes de colegio que visitaron el Internet: 1 83 mujeres y  51 varones

De los estudiantes universitarios que visitaron el Internet: 752m mujeres y 479 varones

De los visitantes particulares que visitaron el Internet: 93 mujeres y 174 varones

 

Durante los últimos años la tecnología ha sido uno de los instrumentos más importantes para los estudiantes, por la gran cantidad de material que se encuentra en Internet, pero no se debe olvidar que debido a la fácil accesibilidad a las redes sociales y páginas web, la credibilidad de la información que ahí se encuentra se debe poner en duda. Una de las mejores formas de corroborar la información que se va a recopilar es a través de los libros. Además es pertinente recordar que los datos que se encuentra en la Biblioteca Municipal y en Archivo de la Casa de Moneda, no se han subido en su totalidad al Internet.

Dos de las principales instituciones donde se guardan materiales referente a la historia  y otros temas, están en el Archivo de la Casa Nacional de Moneda y la biblioteca Municipal de Potosí, ambos lugares abiertos a todo público, con ambientes confortables y personal apto para brindar apoyo a estudiantes, investigadores y particulares; pero que sufren el descuido no de las autoridades sino de la población. Amigo lector saque usted sus propias conclusiones, que este 6 de agosto no sea solo para decir ¡Viva Bolivia! lustrarse los zapatos, emperifollarse e ir a los actos cívico sino que, de los 364 días restantes su curiosidad le invite a darse tiempo para visitar unos instantes estos importantes espacios donde se forma a los futuros pensadores y hacedores de esta Patria.

La transformación de la ciudad letrada a la ciudad moderna


La transformación de la ciudad letrada a  la ciudad moderna

Ciudades contemporáneas

 

Héctor Luna Acevedo[1]

La formación de grandes ciudades en un periodo contemporáneo amerita su comprensión desde las ciencias sociales para entender la dinámica social, cultural, en las que están inmersos centros urbanos que se volvieron receptores de una cantidad de población migrante de distritos rurales y urbanos en un mismo país, como también de población migrante de otros países. Existe un movimiento permanente de población que se traslada de países en vías de desarrollo hacia países desarrollados, por ejemplo, la migración de latinoamericanos a Europa, crea una reapropiación de otros espacios que establecen relaciones desiguales. El movimiento poblacional va modificando la pertenencia del sujeto con su lugar de origen, y encuentran otros espacios con los cuales se van a identificar. En este contexto intento realizar un diálogo entre los enfoques de Ángel Rama, Michel Foucault y Michel de Certeau, para lo cual considero como referencia la formación de la ciudad colonial y contemporánea.

En primer lugar, fueron múltiples factores que motivaron históricamente la formación de las primeras ciudades en América, entre ellas está la cuestión política que implica ejercer el poder desde un lugar estratégico, para controlar a la población que estuvo bajo dominio de autoridades coloniales que impusieron una lógica de organización jerárquica. La Iglesia Católica se establece paralelamente al poder político con el fin de coadyuvar formas de dominio que habían impuesto los conquistadores a miles de habitantes de América. La otra cuestión es la parte social, donde se jerarquiza la sociedad en estratos, por lo cual, los primeros en conformar el núcleo urbano son los españoles, mientras los pueblos de América nunca fueron tomados en cuenta dentro los modelos de cartografía urbana. Desde este contexto histórico, Ángel Rama analiza la característica de la ciudad letrada, ordenada, como criterios desde el cual se configura el espacio urbano. En este sentido la ciudad colonial funciona como sede de las instituciones políticas, donde sólo confluyen sujetos criollos y españoles marginando a comunidades ancestrales que fueron y son dueños del territorio donde los españoles establecieron los núcleos urbanos, al mismo tiempo, fueron los que administraron del poder, prescribiendo las relaciones de dominio sobre las comunidades originarias ancestrales.

Rama, se refiere al ejército, la Iglesia, que forman parte de las estructuras de poder y se encargan de ordenar a la población dentro la geografía urbana, en este sentido, aparece los modelos ideales que devienen del pensamiento moderno donde demarca entre la palabra y la cosa, el signo y el significante, lo cual tiene efecto en América en el diseño de las políticas urbanas, a partir de ello, se fundamenta la formación de una “Ciudad letrada” que maneja las instituciones políticas y necesita una burocracia que administra las normas y las atribuciones jurídicas que otorgan validez a documentos de propiedad.

Los modelos preestablecidos definen la distribución poblacional dentro la cartografía urbana, en el centro se encuentra el poder político, la iglesia, el ejército como instituciones que tenían la potestad de organizar, administrar, ordenar a toda la población, al respecto Rama señala,  “el orden debe quedar estatuido antes de que la ciudad exista, para impedir a futuro el desorden […] Una ciudad, previamente a su aparición en la realidad, debía existir en una representación simbólica que obviamente sólo podía asegurar los signos…”[2]. Para Ángel Rama, el plano urbano es un mapa donde están incorporadas las diferencias culturales, se denomina el diseño damero que es la base en la que se construye la ciudad barroca en América, y deviene de principios epistémicos en la que muta el renacimiento desde la razón como base de conocimiento planteado por René Descartes.

En segundo lugar, una vez que las ciudades se constituyen en el periodo republicano. La ciudad letrada concentra a escritores, intelectuales, políticos, militares, quienes se identifican como portadores de una cultura civilizada, pretendiendo reproducir el proyecto de la modernidad en América, que implica civilizar al indígena a través de la evangelización Católica, luego a través de la escuela laica, siendo esto el XIX, cuando surgen intelectuales como ser, Domingo Faustino Sarmiento (1811-1888) se refiere a la sociedad letrada como una ciudad civilizada, en relación Ángel Rama señala lo siguiente, “En el centro de toda ciudad, según diversos grados que alcanzaban su plenitud en las capitales virreinales, hubo una ciudad letrada que componía el anillo protector del poder y el ejecutor de sus órdenes. Una pléyade de religiosos, administradores, educadores, profesiones […] estaban estrechamente asociados a las funciones del poder”[3] .

En esta dirección es importante considerar la noción de ciudad panóptica que plantea Michel Foucault, ya que se relaciona con la ciudad letrada, ordenada de Ángel Rama, cuando se establece una relación coactiva sobre otro tipo de sociedades, como la indígena marginada de toda participación política, la ciudad panóptica como concepto es una crítica a las formas tradicionales de control del Estado sobre la sociedad, viene desde los estados monárquicos de la edad media que tenían el poder absoluto. Desde estas matrices verticales devienen los mapas urbanos que se imponen tanto en la colonia y la república, lo cuales jerarquizan la sociedad en estratos.

Con la modernización de las sociedades, la ciudad panóptica va perfeccionar sus mecanismos de control según el avance de la ciencia y la técnica, pero ¿cuáles son los fundamentos de una ciudad panóptica?, es la relación entre lo “normal” y “patológico” que señala Emilio Durkheim. Lo patológico es lo indeseable, lo bárbaro, extraño, desde el cual el Estado impone los mecanismos de control político a través de sus instituciones como la escuela, el ejército, los hospitales, los centros de rehabilitación, etc. En estos lugares el panoptismo funciona sobre sujetos considerados como sospechoso por atentar a la ciudad “ordenada”. Por ello, la policía se encarga de controlar el orden público, la vigilancia cada vez se vuelve más compleja por múltiples factores, Foucault acerca del panoptismo señala, “El Panóptico es un lugar privilegiado para hacer posible la experimentación sobre los hombres, y para analizar con toda certidumbre las transformaciones que se pueden obtener en ellos. El Panóptico puede incluso constituir un aparato de control sobre sus propios mecanismos”[4]. Acerca de la escuela fue importante para las sociedades criollas y para el mismo Estado diseñar un modelo vertical de relación maestro – alumno, para ejercer un control, vigilancia eficiente sobre el educando. Hoy en día existen cámaras ocultas en aula de unidades educativas, al menos esto es una realidad, en países como ser, Estados Unidos, Canadá. Históricamente las sanciones corporales fueron aplicadas como una forma de advertencia para que el estudiante no incurra en actos que afecten el orden moral y social del ámbito formativo. Además, la misma enseñanza escolar para el caso de los centros educativos de primaria, secundaria fue en castellano, lo que significó una vía de transculturación de los modelos dominantes sobre otro tipo de sociedades. Por tanto, la noción panóptica supone la implementación de mecanismos coercitivos por una estructura de poder a través de la vigilancia, control sobre el conjunto de la sociedad; como ejemplo, la escuela es un modelo donde las relaciones coactivas permiten subordinar a los sujetos desde la infancia.

En tercer lugar, la concentración de la población en ciudades modernas, implica la complejización de la misma, porque los sujetos proceden de diferentes culturas, nacionalidades, lenguas, relaciones sociales, lo cual, crea conflictos sociales, políticos, culturales que van siendo cada vez más complejos y sobrepasan la capacidad de control del propio Estado. En ese contexto es pertinente considerar la noción de la invención de lo cotidiano que plantea Michel de Certeau a la luz de los cambios, que expresan las ciudades modernas en una época donde las tecnologías de comunicación e información se convierten en herramientas cotidianas de las personas.

Por consecuencia de la modernidad, la ciudad letrada en un periodo contemporáneo desaparece por los elevados índices de crecimiento demográfico, y el  movimiento permanente de las personas que transita de un país a otro, ante este panorama, De Certeau, habla del caminante urbano que encuentra fronteras que prohíben su ingreso, lo que se expresa en señales, muros que controlan al peatón, y demarcan los lugares por donde se puede transitar, ya que en algunos casos, se considera sitios para el tránsito del peatón, turista, etc. En todo caso, existe una conjugación de representaciones, símbolos, colores; esto en parte significa una relación entre la representación de la modernidad con las formas clásicas vida urbana, lo cual, desemboca en una disputa entre sujetos que poseen identidades culturales heterogénea que se expresa en nuevas formas de discriminación y racismo.

Los nuevos diseños que se construyen expresan esta dinámica moderna de estilos que retrotraen lo antiguo con lo moderno. En relación a nuevas formas de legitimación de la modernidad, De Certeau señala, “Sin duda alguna, el progreso permite reintroducir una proporción creciente de desechos en los circuitos de la administración y transforma los déficit mismos (salud, seguridad,) en medios de los cuales valerse para apretar las redes del orden”[5].

En sentido foucaultiano, los mecanismos de control del Estado se perfeccionan según los problemas que ocurren en la ciudad moderna, una de ellas es la inseguridad que se vuelve complejo ya que requiere de nuevas técnicas e instrumentos para su atención. Esta será una de las razones, para que al transeúnte se lo coloquen señales que no permiten su acceso a determinados lugares a través de símbolos que señalan un orden, área de tránsito dentro la cartografía urbana que dirige al peatón por calles, avenidas y plazas. Asimismo, las ciudades modernas van perdiendo sus identidades locales, ya que éstas se reducen en barrios, rincones. Mientras la ciudad como totalidad, memoria, identidad se institucionalizan en museos, lugares a donde se acude según normas urbanas y se vuelve funcional al sistema político, económico que imperan en la mayoría de los Estados Naciones.



[1] Magíster en Estudios de la Cultura, Mención Políticas Culturales, Universidad Andina Simón Bolívar sede Ecuador, Quito, Licenciado en Sociología y Diplomado en Educación Superior, Universidad Mayor de San Andrés, La Paz, trabaja en el Tribunal Constitucional Plurinacional en Sucre, email: lunaayrampu@gmail.com
[2] Ángel, Rama, La ciudad letrada, Montevideo, Arco, 1998. P. 21.
[3] Ángel, Rama, ob., cit., P. 32.
[4] Michel, Foucault, Vigilar y castigar; nacimiento de la prisión, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2005. P. 207.
[5] Michel de, Certeau, La invención de lo cotidiano, I. Artes de hacer, México D.F. Universidad Iberoamericana, 1996. P.

Potosinos muerden el polvo


Potosinos muerden el polvo
Contaminación minera deprime la salud de la población

Por Luis Víctor Alemán Vargas
 


“Como vecino, uno no sabe a quién puede acudir, qué autoridad o institución puede hacer respetar los derechos. La Constitución Política del Estado Plurinacional indica que todos los ciudadanos tenemos derecho a gozar de un buen medio ambiente. Pero no es así, no lo gozamos. Ahí arriba [Pampa Ingenio] irías a vivir vos, una mañana o una tarde, no se puede, claro nosotros tal vez ya estamos acostumbrados, porque eso comemos, eso respiramos”.
De esta manera, don Juan Jaita, Secretario de Medio Ambiente de la Junta Vecinal Pampa Ingenio, interpela a la sociedad potosina. -Si vos vivirías allí no aguantarías, me decía, y es cierto, me costaría mucho acostumbrarme al sabor del mineral, a respirar el aire que contaminan los Ingenios Mineros con su sola presencia en el barrio. Pero como bien dice don Juan, terminaría acostumbrándome, familiarizando con el sabor y quizás acomodándome en alguno de los miles de empleos que genera la minería. Al final, el desdén de la costumbre nos afecta a todos, en mayor o menor medida, quienes viven en el barrio minero y quienes viven fuera de él, olvidamos el problema de la contaminación minera y los efectos que provoca en la salud de nuestra población.
 
Contaminación Minera en barrios potosinos
Por investigaciones previas (Coronado, 2008b) sabemos que la contaminación generada por los Ingenios o Plantas Metalúrgicas deviene principalmente de la descarga de colas con contenidos de minerales sulfurosos y del uso de reactivos químicos, productos orgánicos y otros, en operaciones de concentración. La participación de otros elementos climáticos como el viento y la lluvia generan condiciones para extender el radio de contaminación que provocan estos Ingenios.
En el municipio de Potosí, al igual que en otras provincias del departamento, la contaminación generada por Ingenios mineros es el pan de cada día. Muchas de estas plantas metalúrgicas han establecido su infraestructura en barrios residenciales de la ciudad, provocando el deterioro en la salud de la población.
Los efectos de la contaminación minera en la salud de la población fueron medidos, por primera vez, a través de un estudio de concentración de plomo en sangre realizado por la Organización Panamericana para la Salud (OPS) en el año 2001. San Cristóbal fue una de las zonas donde se realizó aquel estudio, las pruebas de laboratorio se realizaron a un total de 45 personas, 25 de ellas mujeres en edad fértil y 20 niños. Los resultados de aquel estudio ya eran alarmantes, el 33% de las personas sometidas a la prueba de sangre estaban contaminadas por la presencia de plomo en sangre, cuyo grado de concentración (10 microgramos/decilitro) afectaría su salud en corto y/o mediano plazo.
Luego, en el año 2009 el Centro de Investigación Minero Ambiental (CIMA-JICA-UATF) en convenio con el Instituto Boliviano de Biología de la Altura (IBBA) y el Servicio Departamental de Salud (SEDES-Potosí) realizaron el estudio denominado “Determinación de metales pesados en sangre” en diferentes barrios del municipio potosino y en riberas del río Pilcomayo. Lamentablemente y por razones que desconocemos -pero sospechamos- los resultados de aquel estudio no fueron socializados con la población potosina. Recién en octubre del 2012, el Servicio Departamental de Salud Potosí, a través de su Unidad de Salud Ambiental, dio a conocer parte de los resultados. El jefe de unidad Dr. Modesto Rojas advertía en aquella oportunidad “…la contaminación de la sangre por partículas de plomo es altamente tóxica y, según estudios, está afectando principalmente a la niñez y población adulta mayor en Potosí” (1).   
Pese a las declaraciones y al evento organizado por el Servicio Departamental de Salud Potosí, los resultados de aquella investigación no incidieron en la toma de decisiones de políticas públicas al respecto. Es por esta razón, y gracias al desprendimiento del Doctor Bernardino Fuertes, jefe médico del Centro de Salud San Cristóbal, y el actual director del CIMA-JICA-UATF el Ingeniero Franz Mamani, podemos publicar los resultados más importantes de aquel estudio.
 
Determinación de metales pesados en sangre: La metodología
Para realizar el estudio de determinación de metales pesados en sangre, los responsables decidieron trabajar en 10 barrios o comunidades del departamento: 9 barrios del municipio de Potosí y una comunidad en el municipio de Tacobamba, ubicada a la ribera del rio Pilcomayo. Estas zonas son: Villa Colón, San Cristóbal, Pailaviri, San Pedro, San Benito, Cantumarca, Velarde y ciudad Satélite. Mientras en el área rural la comunidad de Viña Pampa ubicada en la ribera del río Pilcomayo.
Para la toma de muestra en los vecinos de estas zonas y comunidades, los profesionales encargados utilizaron insumos especiales cómo los tubos EDTA libre de metales. Así mismo, el análisis del Plomo se efectuó por espectrometría de absorción atómica (Horno de Grafito), por el método EPA 3051A y 3050B (microwave assisted acid degestion of sediments, sludges, soils, and oils). Se sacaron muestras de sangre en un total de 164 personas, 87 hombres y 77 mujeres.
Para el análisis de los resultados de laboratorio se utilizó la clasificación que brinda la OPS/OMS para comparar los niveles de concentración de plomo en la sangre y los efectos que se podrían presentar en la salud de las personas afectadas. Por ejemplo, una persona que tiene 10 microgramos de plomo por decilitro de sangre sufrirá una ligera reducción del Coeficiente Intelectual, problemas auditivos y de crecimiento. Mientras en el otro extremo, los que muestran 100 microgramos de plomo en un decilitro de sangre presentarán inflamación cerebral, ataques, estado de coma y muerte.
Aunque esta clasificación no es la misma en todos los países. En algunos países, como Australia e Inglaterra, se ha determinado que con sólo tres microgramos de plomo en un decilitro de sangre se ocasiona la pérdida de cuatro puntos en la proyección del desarrollo psicomotor. Esta delimitación de un nivel máximo de concentración de plomo en la sangre, permite a los Estados tomar acciones legales en contra de las empresas o instituciones que ocasionan este grado de contaminación en la población. Lo cual no ocurre en países como el nuestro. 
 
Los resultados
Los barrios en los que se ha identificado vecinos con mayor grado de concentración de plomo en la sangre fueron, casualmente, los barrios de la zona alta de la ciudad. Allí donde los Ingenios Mineros procesan sus minerales y depositan sus residuos. En barrios como San Benito, Pailaviri, San Cristóbal y San Pedro se identificó a vecinos/as con alta concentración de plomo en sangre; mientras que en Campamento Velarde, Cantumarca o Ciudad Satélite, los vecinos presentaron bajos niveles de esta concentración.
En el barrio de San Benito, por ejemplo, el grado máximo de concentración de plomo encontrado en la sangre fue de 60 microgramos por decilitro de sangre. Este nivel de contaminación afectaría la salud del vecino/a causando anemia, daño nervioso, estreñimiento, dolor de estómago, problemas de memoria y concentración, según especifican los parámetros de la OPS/OMS.
De la misma forma, en el Campamento Pailaviri el nivel máximo de concentración de plomo en la sangre, encontrado en un/a vecino/a, fue de 41 microgramos de plomo por decilitro de sangre. Este nivel de contaminación causaría daño en los riñones, pobre desarrollo óseo y muscular, falta de coordinación y disminución de glóbulos rojos.
Otro resultado llamativo de aquella investigación fue que la población económicamente activa es el grupo en el que mayores grados de contaminación presentan. Los niños y personas de la tercera edad, no presentan grados de contaminación tan altos. Sin embargo son también importantes.
Por último, la investigación reveló que el problema de la contaminación minera afecta a la población en su conjunto, y no sólo a los trabajadores que intervienen en la producción minera. Tanto, amas de casa como empleados manuales, estudiantes y panaderos presentaron altos grados de concentración de plomo en sangre, lo cual demostró que el problema afecta a todos los residentes de la ciudad.
Estos resultados, por demás alarmantes, demuestran que los la producción minera y específicamente, la presencia de Ingenios Mineros en barrios residenciales de nuestro municipio, están contaminando el ambiente y deteriorando la salud de la población potosina. Al punto de provocar la muerte.
Es posible que los interesados descalifiquen la validez de estos resultados, alegando los 5 años que pasaron de aquel estudio. Sin embargo, cualquier persona se dará cuenta que en esos cinco años la explotación y procesamiento de minerales se ha incrementado en nuestro municipio, incrementando también los niveles de contaminación ambiental y humana.
En una breve entrevista, realizada el pasado 18 de junio, los ginecólogos del Hospital Boliviano Cubano de la zona San  Cristóbal, comentaron sentirse preocupados por la alta incidencia de Embarazos anembrionarios en la zona, “por mes atendemos en el hospital por lo menos 3 casos” indicó el Dr. Walter Olivares. De la misma forma, Casos de óbito en mujeres embarazadas se presentan en un promedio de 2 al mes, lo cual es muy alto en comparación a otros departamentos o países, expresó el médico cubano José Luis Gómez.
Según la clasificación de la OPS/OMS, estas patologías detectadas en el proceso de gestación, son efectos de altos grados de concentración de plomo en sangre. De igual manera, En el hospital Boliviano Cubano se han detectado varios casos, en los últimos años, de azoospermia, es decir, infertilidad en varones, presumiblemente causada también por la concentración de metales pesados en la sangre.
Estos datos muestran lo alarmante de la situación, que en vez de irse mitigando al parecer tiene a agravarse.
 
La reacción de la población
En una entrevista, don Juan Jaita Rojas, Secretario de medio ambiente de la Junta Vecinal Pampa Ingenio, confesó que es difícil promover cambios en favor de la salud del ser humano y del medio ambiente. Pese a ello, en la Junta Vecinal Pampa Ingenio, fruto de la movilización social de los vecinos y el seguimiento realizado por sus dirigentes, se ha logrado clausurar y promover el traslado de Ingenios Mineros que no cumplían con todos los requisitos para su funcionamiento. Des esta manera, don Juan  nos cuenta su experiencia:
 
Cuando yo entré a este cargo había algunos compromisos de anteriores dirigentes con la Gobernación para que los Ingenios Mineros se trasladen de la zona. Según aquellos compromisos los ingenios ya tenían que trasladarse el 2000, luego el 2008, luego 2010, así se alargaba año tras año.
Cuando fui a averiguar a la Gobernación para hacer seguimiento a estas denuncias no había nada archivado, ni denuncias, ni compromisos de traslado, nada. Los documentos se habían perdido.
Lo primero que hemos hecho es mandar denuncias escritas de los derrames que ocasionaban los ingenios. Recién a la tercera denuncia se revisó la documentación de los Ingenios y descubrimos que uno de ellos no contaba con licencia ambiental.
A este Ingenio le iniciamos un proceso administrativo durante un par de años. Cuando el proceso estaba llegando al final y la clausura del Ingenio era inminente, los vecinos se enteraron del proceso por los mismos administrativos del Ingenio, quienes comenzaron a advertir a los vecinos de que ya no aportarían al barrio en ninguna actividad porque el proceso administrativo clausuraría su Ingenio. De esta manera, los vecinos se informaron y poco a poco los vecinos también se levantaron en contra de los Ingenios Mineros.
Con esta movilización logramos la atención de las autoridades municipales, con quienes nos reunimos, firmamos actas de compromiso, en las cuales se comprometían a no renovar las licencias de funcionamiento a estos Ingenios Mineros asentados en el barrio. Este compromiso no se ha cumplido, por lo que vemos, ya que los Ingenios siguen trabajando en la zona.
Es difícil luchar contra esto porque los propietarios hostigan permanentemente. Recientemente, por ejemplo, he denunciado a dos comercializadoras de mineral que se han establecido en el barrio. Por ello han venido a amenazarme a mi casa, a querer pegarme.
Tres comercializadoras se han abierto en la junta vecinal, después tenemos cuatro Ingenios mineros, estos son: San Silvestre, San Jorge, ENCA, Santa Catalina. Este Ingenio Santa Catalina está alado de Centro de Salud, a pocos metros de una Escuela, a lado de una guardería y nadie dice nada.
 
Propuestas de solución e incumplimiento
El parque de Ingenios es uno de los proyectos que definitivamente mitigarían los efectos de la contaminación minera en la ciudad. Sin embargo, el proyecto has sido planteado hace bastante tiempo y ningunos de los gobiernos de turno han cumplido aquella demanda.
El año pasado una empresa realizó el estudio para la construcción de esta infraestructura, pero a la fecha no se sabe exactamente, ¿Cuándo?, ¿Dónde? ni ¿cómo? Se realizará este proyecto. La actual Secretaria de Madre Tierra del Gobierno Autónomo Departamental de Potosí, Ing. Ivana Bellido tiene escasas tres semanas de haber asumido el cargo, y aun no conoce los resultados de aquel estudio. Esperemos este proceso se agilice y, en al menos dos años más, podamos ser testigos del traslado de los Ingenios Mineros a un espacio adecuado y apto para su funcionamiento.
Ojalá, como indica don Juan Jaita, lucháramos por nuestra niñez, para evitar que ellos crezcan contaminados, ya que nosotros los adultos ya estamos perdidos, incluso sin trabajar en la mina vivimos con esa contaminación.
 
Notas
(1) El Potosí, “SEDES advierte presencia de partículas de plomo en sangre de población potosina”. Domingo 7 de octubre 2012.

Patrimonio de la Humanidad: Ese oscuro objeto del deseo


Patrimonio de la Humanidad: Ese oscuro objeto del deseo

Los potosinos ante la disyuntiva Preservación o Explotación

 

Por Luis Víctor Alemán Vargas

 

Cuenta don Walter Zabala que aquel viernes, 11 de diciembre de 1987, fue inolvidable. Se había preparado un programa especial, al pie del obelisco de la plaza 6 de Agosto, para dar a conocer públicamente la declaratoria de Potosí como Patrimonio Mundial. “Nos faltaron palabras para expresar la alegría que nos inundaba. Todos cantamos y bailamos, celebrando esta conquista para Potosí”, recordó con nostalgia don Walter.

Aquel día, Potosí sumó un título más a su vanagloriado pasado colonial, aunque esto no significó un cambio sustantivo en la vida cotidiana de la ciudad. Pues la principal actividad económica, generadora de empleo y de ingresos para la población, seguiría siendo la explotación minera del Cerro Rico.

Hace unas semanas, los medios de comunicación dieron a conocer la decisión de la UNESCO de incluir a Potosí en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro. Según el Comité de Patrimonio Mundial, las causas serían: “la potencial degradación del sitio debido a las operaciones de minería, la inestabilidad y el riesgo de derrumbes en Cerro Rico, las deficiencias en su conservación, una legislación de protección ineficaz en su aplicación y el impacto ambiental del complejo hidráulico en el río, que a su vez afecta al tejido histórico y a la población local”.

Este inminente “peligro” ha provocado la reacción de diferentes sectores de nuestra sociedad. A nivel político, el Ministerio de Minería y Metalurgia, junto a la COMIBOL, iniciaron un proceso de concertación con las cooperativas mineras, con el fin de paralizar sus labores en la cúspide del Cerro y planificar su reubicación en otro yacimiento.

Esta coyuntura, aparentemente crítica, es la más fértil para reflexionar acerca del Patrimonio Potosino, los discursos que hemos construido en torno a él y los pormenores que afectan su sostenibilidad.

 

El Patrimonio en discusión

La preocupación por el patrimonio surgió cuando gran parte de la población mundial presenció con horror, a través de los medios masivos de comunicación, la destrucción de monumentos como los budas de Bamiyán o el saqueo del Museo de Bagdad.

Aquella coyuntura posibilitó que en la Conferencia General de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) de 1972, los países participantes acordaran en la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural. A través de este acuerdo multinacional, se inició la elaboración de un listado de monumentos y lugares, cuyo interés era considerado excepcional y de valor universal.

Esta política de preservación patrimonial asumió rápidamente carácter mundial, pues los ideales de la sociedad moderna global establecían como necesario el respeto y la valoración de los monumentos, objetos y/o lugares cuyo prestigio histórico o simbólico así lo justificaban. Pensar o hacer lo contrario no sería políticamente correcto.

Sin embargo, como bien lo establece Néstor García Canclini, la definición y preservación de un bien patrimonial “incurre casi siempre en cierta simulación al pretender que la sociedad no está dividida en clases, etnias y grupos” (1), se asume que la grandiosidad de estos bienes patrimoniales trascienden esas fracturas sociales.    

De hecho existen diferencias sustanciales en la forma como los grupos sociales se apropian y usan los bienes patrimoniales. Investigaciones sociológicas y antropológicas sobre las maneras en que se transmite el saber de cada sociedad a través de las escuelas y los museos, demuestran que diversos grupos se apropian en formas diferentes y desiguales de la herencia cultural y patrimonial (García Canclini, 1999: 17).

Desde estas corrientes de pensamiento, de la cual García Canclini es uno de sus representantes, se ha criticado fuertemente la visión tradicional de patrimonio cultural, cuyo discurso de preservación encubriría las diferencias de uso y concepción que existen en una sociedad sobre un determinado monumento, objeto o lugar.

Partiremos de esta perspectiva crítica para analizar la experiencia que la sociedad potosina ha transitado a partir de su declaratoria como Patrimonio Mundial.  

 

Patrimonio: el proyecto fallido

Según cuenta don Walter Zabala, al iniciar este proyecto, eran pocas las personas que creían posible la declaratoria de Potosí como patrimonio mundial. Recién el 11 de diciembre de 1987 la población potosina se constató de aquel logro. Aquel día se preparó un programa especial a los pies del Obelisco en la plaza 6 de agosto. Se entonaron el himno a Potosí, la cueca Potosino soy, y otras tonadas características de nuestra región. “Nos faltaron palabras para expresar la alegría que nos inundaba. Todos cantamos y bailamos, celebrando esta conquista para Potosí”, recordó don Walter.

Según la antropóloga Pascale Absi, aquel título de Patrimonio de la Humanidad, fue recibido por la población potosina como “una revancha sobre la Historia…Por supuesto que Potosí ya no ocupaba el alto lugar en la economía mundial como lo hizo antaño, pero la ciudad todavía era rica por su historia y su cultura. Con una marca de retraso, el peso del pasado se convertía en un valor positivo; la Unesco acababa de reactualizar el estatus de la Ciudad Imperial de Potosí” (Absi, 2005: 9).

La efervescencia de los discursos, de las promesas, de los sueños futuros se aplacaría con el pasar del tiempo. Desarrollando pocas acciones concretas en pos de la preservación y gestión del patrimonio recientemente asumido. Las instituciones públicas, empresas mineras, organizaciones sociales poco o nada hicieron por cumplir con las recomendaciones que ICOMOS-UNESCO, a través de su experto Josep M. Mata-Perello había realizado. Entre ellas: La continuidad de las actividades mineras, y por consiguiente del trabajo, en el Cerro Rico de Potosí. La salvaguarda de todos los derechos humanos de los trabajadores y de sus familias. La seguridad minera integral en todas las actividades relacionadas con los trabajos mineros. La seguridad de la población civil de Potosí, ante cualquier desprendimiento o movimiento de los sucus. La salvaguarda del patrimonio del Cerro Rico de Potosí, en todos sus aspectos; y en especial en el patrimonio del trabajo (2).

Donde sí tuvo efecto el discurso patrimonial fue en la memoria política del pueblo potosino. Ya que la defensa del Patrimonio, en tanto discurso, monopolizó el conjunto del debate sobre el futuro económico de la región. Fue en este discurso donde se cristalizó la expectativa de una ciudad moderna, cuyo desarrollo fuera resultado de la industria Turística.   

Ante el atraso, la pobreza y el olvido histórico de las autoridades gubernamentales, la declaratoria de Patrimonio se constituía en el nuevo paradigma de desarrollo. Y como tal, constituiría el estandarte político para enfrentar a los detractores del patrimonio.

Es por esta razón que, aun en la actualidad, la preservación del Cerro Rico de Potosí se convierte en una de las demandas de primera línea en los pliegos petitorios de las organizaciones sociales potosinas.

De esta manera, como sociedad hemos desarrollado una paradójica relación con la declaratoria de Patrimonio de la Humanidad. Pues adoptamos el discurso de preservación patrimonial en actos o declaraciones públicas y políticas; mientras las acciones específicas y planificadas que se desarrollan en función de preservar este patrimonio potosino, son casi nulas.

 

El patrimonio residual  

Según Raymond Williams, retomado por García Canclini, es necesario diferenciar entre patrimonio arcaico, residual y emergente. El primero es lo que pertenece al pasado y es reconocido como tal por quienes hoy lo reviven. En cambio el patrimonio residual se formó en el pasado, pero todavía se halla en actividad dentro de los procesos culturales. Por último, el patrimonio emergente, designa los nuevos significados y valores a un bien patrimonial. 

Cuando nos referimos a Potosí en tanto Patrimonio Cultural de la Humanidad, hacemos referencia a un patrimonio residual, pues los elementos que fueron considerados como parte del bien patrimonial se hallan en plena actividad. Las nuevas construcciones en la ciudad, el deterioro de cárcamos de antiguos ingenios, pero sobre todo, las operaciones mineras al interior del Cerro Rico, son prueba de su actividad.

Y, contrariamente a lo que se pudo pensar en 1987, la actividad turística no se ha constituido en la principal actividad económica a nivel municipal. Según nos comenta Renán Velásquez, Presidente Interino de la Asociación Departamental de Operadores y Agencias de Turismo de Potosí, en el municipio de Potosí existen alrededor de 28 agencias y operadores que emplearían a 168 personas aproximadamente. En cambio, la dinámica económica que generan las operaciones mineras en el Cerro Rico de Potosí es bastante superior a la del turismo.

Según un estudio realizado el 2011, la población económicamente activa de la Sección Capital de la Provincia Tomás Frías para aquel año era de 55.019. En ese mismo año las personas empleadas en la actividad minera en torno al Cerro Rico ascendían a 21.000 aproximadamente, es decir, 4 de cada 10 trabajadores en el 2011 fueron empleados en las operaciones y actividades mineras en torno al Cerro Rico de Potosí. Este sería el número aproximado de trabajadores que se verían afectados si se decide parar las operaciones mineras en el Cerro Rico de Potosí.  

“Si los reubican a los cooperativistas la dinámica turística que generaría el Cerro Rico sería menos provechosa para las agencias y operadores de Turismo. No olvidemos que la gente que visita el Cerro Rico viene sobre todo por la historia que tiene este Cerro y por la explotación que se realiza en la actualidad. Esto genera mayor admiración hacia este yacimiento minero” indicó Renán Velásquez.

La pregunta que sugiere Absi ante este panorama es la siguiente ¿Es el Cerro Rico de Potosí un monumento patrimonial o un yacimiento en explotación?, ¿Cómo es considerado por la población potosina? Evidentemente, el discurso patrimonial generado en 1987, que es constantemente aludido en discursos y pliegos petitorios, asume al Cerro Rico como monumento patrimonial, por lo cual sus vetas y yacimientos se convertirían en bienes culturales. Sin embargo, esta no es la realidad, pues diariamente miles de mineros suben en camiones o vehículos pequeños hacia las bocaminas que el Cerro todavía dispone para su explotación. Ellos y los trabajadores que indirectamente se benefician de la actividad minera, ven en el Cerro Rico una posibilidad, quizás la única, de generar ingresos para su familia.

Como menciona García Canclini, “el problema más desafiante es ahora el de los USOS sociales del patrimonio”. Tema conflictivo que se podría abordar a partir de la participación de los diferentes sectores de la sociedad en el proceso de definición y preservación del patrimonio, según sugiere Canclini.

La política cultural respecto del patrimonio no tiene por tarea rescatar sólo lo objetos "auténticos" de una sociedad, sino los que son culturalmente representativos. Nos importan más los procesos que los objetos, y nos importan no por su capacidad de permanecer "puros", iguales a sí mismos, sino porque "representan ciertos modos de concebir y vivir el mundo y la vida propios de ciertos grupos sociales.” (García, 1999: 33)

 

 

 

Es necesario que tengamos en cuenta, ningún trabajo técnico, por científico que sea, tendrá resultado en tanto continúen las operaciones mineras al interior del Cerro Rico, especialmente en este sector que se ha venido a denominar zona de riesgo. Ing. Hernán Camacho Fuentes, Decano de la Facultad Minera de la Universidad Autónoma Tomás Frías.

 

 

 

Lamentablemente no hay conciencia cívica, no hay conciencia cultural. Aquella empresa minera Manquiri, los mismos trabajadores mineros qué les interesa que el Cerro Rico se venga abajo, lo único que les interesa es llevarse el dinero al bolsillo, y esas utilidades invertirlas en otras partes del país. Walter Zabala, Periodista e historiador.

 

 

Notas

(1) GARCÍA Canclini  Nestor. “Los Usos Sociales del Patrimonio Cultural”. En AGUILAR Criado Encarnación. Patrimonio Etnológico Nuevas perspectivas de estudio. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía, 1999, página 17.

 

(2) (Mata, 2006: 70) citado en SERRANO Carlos. “Un Patrimonio Mundial: La ciudad minera de Potosí (Bolivia)”. En De Re Metállica, Sociedad Española para la defensa del Patrimonio Geológico y Minero, 2009.

 

Bibliografía

 

ABSI Pascale, CRUZ Pablo. “Patrimonio, ideología y sociedad: Miradas desde Bolivia y Potosí”. En Revista T`inkazos, PIEB, La Paz Bolivia, 2005.

 

FERRUFINO Goitia Rubén, ERÓSTEGUI Rodolfo y GAVINCHA Marco. Potosí. El Cerro Nuestro de Cada Día. Fundación LABOR, La Paz, 2011.  

 

GARCÍA Canclini  Nestor. “Los Usos Sociales del Patrimonio Cultural”. En AGUILAR Criado Encarnación. Patrimonio Etnológico Nuevas perspectivas de estudio. Consejería de Cultura, Junta de Andalucía, 1999.

 

SERRANO Carlos. “Un Patrimonio Mundial: La ciudad minera de Potosí (Bolivia)”. En De Re Metállica, Sociedad Española para la defensa del Patrimonio Geológico y Minero, 2009.