sábado, 19 de julio de 2014

LOS CELOS DE PAREJA O CELOTIPIA




Si bien la clasificación de los celos patológicos (celotipia o celopatía) no integra el DSM IV, que no es otra cosa que un manual (no el único) de desórdenes o trastornos mentales; es posible encontrar conductas celópatas enmascaradas en desórdenes más globales, así por ejemplo en el Trastorno Paranoide de personalidad, clasificado como F60.0 del eje II (Trastornos de la Personalidad), o en la exploración anamnésica del eje IV (Problemas Sociales o Ambientales), principalmente en el código Z60.0 que representa a los Problemas Conyugales.
Pero vayamos al punto ¿pueden los celos ser considerados una enfermedad? A menudo no, generalmente son entendidos como síntomas, sin embargo, bajo ciertas condiciones, es posible interpretarlos como una condición patológica. Por supuesto, siempre teniendo en cuenta las escalas de: Leve, Moderado o Grave.
Avancemos un poco más en la comprensión psicosocial de los celos. Cuando se realiza una evaluación psicológica, han de tomarse en cuenta varios factores para clasificar y/o jerarquizar una molestia en el marco un diagnóstico serio; uno de esos factores, es el grado de afectación que produce la molestia o la conducta no deseada en la vida y el entorno del paciente.
Así pues, los celos han de ser considerados a partir, inicialmente de los problemas que causan. Ante la demanda del paciente, la pareja o la familia, ha de evaluarse si es que las conductas o las manifestaciones del celoso o celosa están perjudicando la vida y las relaciones de la persona, la pareja y/o la familia.
Todos sentimos celos eventualmente, pero muy a menudo, éstos no llegan a ocasionarnos dificultades, ni a nosotros ni a nuestro entorno. Para la comprensión del amable lector, podríamos denominar a estos, muy coloquialmente, como “celos amigables”. Esto es, cuando las manifestaciones de estos celos no pasan de la anécdota y pueden ser considerados como parte de la vida normal de la pareja.

(Foto) Fuente: imujer.com

En ese contexto, esos celos, es posible que no perjudiquen las relaciones interpersonales, sino incluso, bajo ciertas circunstancias y en función al grado de intimidad de la pareja, puedan ser considerados incluso como “condimentos” que enriquecen y matizan la relación.
Otra cosa es, cuando los celos lastiman la relación a partir de conductas, manifestaciones o exigencias irracionales. En todo caso, es la racionalidad o la irracionalidad de las conductas celosas lo que marca parte de la diferencia.
Los celos irracionales no son razonados, y a menudo no obedecen a causas reales sino imaginarias, incluso a delirios en los casos de trastornos globales de cierto nivel. El delirio es considerado una idea irracional que se manifiesta recurrentemente nublando la percepción del individuo, y pueden llegar a perjudicar seriamente la vida normal y natural de la persona.
Los celos irracionales son generalmente injustificados y dificultan la convivencia de la pareja; al no proceder de causas reales, son provocados por alteraciones cognitivas (del conocimiento) que obligan a la persona a “imaginar” situaciones o escenas desagradables y degradantes de su pareja.
Otro es el caso de los celos justificados, aunque también éstos pueden provocar conductas irracionales, principalmente si es que no son dialogados, evaluados y resueltos dentro de las relaciones de pareja. Una advertencia importante: si es que los celos obedecen a alguna causa que justifica mediana o plenamente los celos, esta causa no puede ser soslayada ni pasada por alto en la vida de la pareja. De ser así, lo que en cierta medida es racional, fácilmente irá tornándose con el tiempo y el silencio en irracional. Pronto, las ideas comenzarán a bullir en la mente del celoso/a causando un deterioro importante en la comunicación, la confianza y, finalmente en la relación de pareja.
¿Es necesario, entonces, dar explicaciones cuando nos celan? Si el caso obedece a alguno o varios eventos reales, sí, es necesario y, es necesario e incluso deseable que aquel miembro de la pareja sobre quien pesan las sospechas, realice de buena gana esfuerzos racionales y consensuados para restaurar la confianza en la pareja; nótese que escribo “en la pareja” y no “de la pareja”. Lo planteo así, debido a que cuando hay celos justificados, no es lícito entender que hay un único “culpable”, sino que es la pareja como unidad psicosocial la que tiene dificultades, lo que nos lleva a entender que no es uno sólo de los miembros quien tiene que resolver la situación, sino es la pareja la que debe consensuar los pasos, los acuerdos y los procesos que mitigarán en dolor del otro, por eso es que los psicólogos (al menos los buenos) no hablamos de “culpables” sino: de responsables.
Es muy importante hacer los mayores esfuerzos por construir una relación enriquecida en base a lacorresponsabilidad, la confianza, la lealtad y la sinceridad. Las mentiras, por muy pequeñas que sean, causan inevitablemente, dolor en el otro miembro de la pareja, ocasionando no pocas veces sentimientos que van dibujando sensaciones parecidas a los celos.  A esos celos, los llamaremos “celos justificados”, al igual que nos irracionales, éstos pueden ser “amigables”, ello, básicamente en función a la madurez de los miembros de la pareja. Sin embargo, vuelvo a la advertencia importante: los celos justificados permanecerán amigables, sí y sólo sí, las causas han sido conversadas, elaboradas, decantadas y resueltas corresponsablemente en la pareja. Para ello, las muestras de lealtad y sinceridad serán el secreto. Otra advertencia: estas muestras deberán, necesariamente ser consensuadas, si son unilaterales, simplemente no sirven.
 Si volvemos a hablar de los celos irracionales, injustificados incluso, la receta por extraño que parezca, es la misma, puesto que la corresponsabilidad sigue siendo la clave de la solución. Si los celos son producto de un trastorno, es decir, son enfermizos, imagínese inteligente lector, o lectora ¿qué pasa si su pareja enferma de otro trastorno? ¿No sería ese padecimiento un motivo para fortalecer los lazos y responsabilizarnos de la salud del otro? Si la pareja es una pareja sólida construida sobre los cimientos del amor, el cariño y la lealtad, sinduda así será. La recomendación es, entonces que si es que una condición celotípica está lastimando la vida en pareja, sea la pareja en corresponsabilidad la que busque apoyo espiritual, psicológico, familiar o, incluso psiquiátrico… sí, en corresponsabilidad.
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Este artículo lo escribí a solicitud de un amable lector, si Ud. tiene al igual que él, alguna consulta que hacerme, me será muy grato absolver sus dudas como psicoterapeuta con casi diez años de experiencia. Para ello, no tiene más que escribirme al Facebook: Prometeo Atoj, o comunicarse con el celular 72882807, y con gusto le responderé mediante el Potosí Bárbaro con la prontitud que me sea posible, guardando si es que así lo desea, la confidencialidad del caso.
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